Historia de Sitio de Calahonda

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Folleto publicitario 1963

El ‘freno’ a este fuerte proceso de expansión -el crecimiento general de la Costa del Sol en aquellos años fue espectacular- no tuvo que ver con ningún fenómeno propio de Calahonda sino con una situación que escapaba incluso al marco de Andalucía y hasta de España: La crisis internacional del petróleo y el proceso desencadenado en el mercado británico (que siempre ha sido el màs importante para nuestra zona) por la anulación del llamado ‘Premium Dólar’ -un impuesto que gravaba a la exportación- decidida por el gobierno de Margareth Thatcher. Cerca del final de esta década y cuando ya la crisis estaba mostrando claramente sus efectos -hacia 1980- habíamos construido 500 viviendas, con 500.000 metros cuadrados vendidos. Pero fue precisamente a partir de 1980 cuando se presentó una nueva época de bonanza, de modo tal que, entre dicho año y 1989, se construyeron otras 4.200 unidades y se vendieron otro millón y medio de metros cuadrados. En Calahonda se crearon 2.500 puestos de trabajo, de los cuales el 60% -unos 1.500- eran fijos y directos. Por entonces, entre impuestos, tasas y licencias, el Ayuntamiento de Mijas recaudaba en nuestra urbanización unos 300 millones de pesetas por año.

Por otra parte, como ya lo hemos mencionado, los urbanizadores autolimitamos las alturas y volúmenes, con la intención -como así se consiguió- de que siguiéramos siendo un lugar tranquilo y respetuoso del medio ambiente, por lo cual aquella población a la que inicialmente podía llegarse (45.000 pobladores) quedó reducida a la mitad: Unos 23.000. De hecho, con las normas en vigencia se podía haber construído hasta tres veces más de lo que se hizo. Por otra parte, se procuraba que las promociones se basaran en la idea de Eduardo Oria, el arquitecto que diseñó Puerto Marina, en Benalmádena, una mezcla de estilo mediterráneo con ibicenco, contando con grandes terrazas con solarium y jardines, de modo que los residentes pudieran gozar ampliamente de la que siempre constituyó nuestra mejor oferta natural: La combinación de sol y clima templado. Muchos de los diseños arquitectónicos del Sitio de Calahonda siguen siendo modélicos y alrededor de ellos, y de otras arquitecturas innovadoras de la Costa del Sol, fue tomando cuerpo lo que se dio en llamar «estilo neoandaluz».

Uno de los temas que causaba preocupación era el de los incendios de verano, que podían afectar al pinar. En una ocasión en que el fuego se originó en la urbanización El Chaparral, se fue acercando peligrosamente a Calahonda y terminó entrando por la zona Oeste, en la calle Monteparaiso. Toda la gente de la urbanización contribuyó a controlar y finalmente apagar el incendio. Se logró poner una barrera en el Club del Sol, pero toda la parte derecha de la calle José Orbaneja quedó calcinada. Vinieron bomberos y personal de Icona, pero los residentes trabajaron en colaboración estrecha con ellos para crear el corta-fuegos y su papel fue decisivo: Gracias a los propios pobladores de Calahonda fue posible no lamentar desgracias personales. Por otra parte, me acuerdo de la primera época de Calahonda, en la que todo se tenía que hacer sin medios, ni otras ayudas que el esfuerzo humano de Salvador Rios y Julián Lozano, este último ya fallecido lo que supuso una gran perdida para mí. Con ellos atendíamos las averías de agua, de alumbrado, de luz, de vigilancia, los problemas en los pozos de agua, etc, así como apagar muchas noches incendios en la zona.

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